El artista

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Joaquín Torres García nació en 1874 en la ciudad de Montevideo, Uruguay y desarrolló la mayor parte de su vida, formación y creación artística en el exterior del país.[1] Estas experiencias lejos de su lugar de origen marcaron tanto su persona como su arte. Montevideo, Barcelona, París, Nueva York, otras ciudades y sus ritmos singularizaron la evolución del artista. Es a partir de estas estadías que los estudios críticos destacan puntos de ruptura en su trayectoria y estilo que pueden identificarse en su producción pictórica y en sus textos que comunican los impactos políticos-sociales al que se vio inmerso. Su filosofía y práctica de creación se vio ceñida y consolidada en el Universalismo Constructivo, un estilo propio, artístico y filosófico, que se centró en el uso del color y la simplicidad de las formas, incluidos sus esquemas de grillas que constituyen a la identidad indisociable del artista y de su obra.[2] Su arte constructivo  apela a la convergencia e influencia de elementos del arte y de la cosmogonía precolombina, junto a las formas y colores de lo abstracto y de la vanguardia.

[1] Para una cronología biográfica y artística de Torres García, se encuentra disponible en línea el Catálogo Joaquín Torres-García Catalogue Raisonné | Early Life and Barcelona: 1890–1919.[2] La síntesis de este movimiento artístico conforme lo expresa el Museo Torres García: “se propone crear un arte que exprese la comunión del hombre con el cosmos. Siguiendo este idea, considera al arte como un puente entre el hombre y la naturaleza, puente que es capaz de contribuir a la recuperación del sentido espiritual–perdido para ese entonces- de las civilizaciones arcaicas, en donde el hombre estaba en armonía con el cosmos. El Universalismo Constructivo persigue, pues, la creación de un lenguaje plástico de alcance universal, en el que se integren el uso de líneas, figuras geométricas, la proporción áurea y símbolos de todas las épocas y civilizaciones. Su pintura constructiva admite una lectura formal, plástica y semántica de índole espiritual. En conclusión, el Universalismo Constructivo, según Torres García, nos permitiría retornar a la situación arcaica en la cual el arte se mezclaba con el rito y el hombre, con la naturaleza” (Museo Torres García, Montevideo, Uruguay web).