Preparación traslado

Con la muerte de Botana en agosto de 1941, sus bienes llevaron destinos diversos y la Quinta los Granados, con el mural aun en su interior, tuvo un derrotero intenso tanto de propietarios como de acciones que impactaron el mural. Ejercicio plástico permaneció casi olvidado para el público general, desde su creación hasta el año 1989 cuando Héctor Mendizábal, coleccionista y empresario; compró la quinta con el fin específico de retirar la obra. Luego de la compra se preparó la estructura para el desmontaje, entre 1991 y 1993, demoliéndose gran parte de la inmensa casona para dejar al descubierto la estructura mural que se hallaba bajo tierra. El original fue desprendido de su soporte después de la impresionante obra de ingeniería para retirarlo y convertido en artefacto artístico. La estructura mural fue seccionada en 6 partes y ubicada en contenedores de transporte, cuya finalidad, se presume, era ser vendida o exhibida a coleccionistas o museos en el exterior del país. Sin embargo las piezas, permanecieron durante 18 años dentro de los contenedores, largo período donde se sostuvieron múltiples litigios.  El amparo legal y la serie de conflictos judiciales que se desencadenaron no permitieron su salida de Argentina.